Yo denuncio: si me pasa «algo» no hay «accidente» posible

El delito más grave que puede cometer un ciudadano en Cuba es querer que su país sea la libre y democrático, pero más grave aun es expresarse en contra de la dictadura criminal que nos gobierna desde hace 53 años. Y en mi caso personal, el cúmulo de «delitos» que coroné caligráficamente escribiendo con «cierta» inclinación y dibujando las letras de un tamaño muy sospechoso por si a alguien le quedaban dudas, son los que ahora me llevarán a un campo de concentración castrista si alguien no detiene esta barbarie.

La sentencia de cinco años de privación de libertad por supuestos delitos de violación de domicilio y lesiones, me fue anticipada por  un agente de la Seguridad del Estado cuando fui violentamente golpeado y luego detenido junto a otros compañeros que reclamábamos la libertad de Antonio Rodiles en la unidad policial de Acosta, en el reparto de Lawton el 8 de noviembre del pasado año.

El agente Camilo, en su infinita «bondad», me dijo que si no me bastaba con los cinco años que me iban a echar por la supuesta causa común.

No me sancionó el tribunal: me condenó la Seguridad del Estado por abrir un blog y ser opositor al gobierno.

Un agente «secreto» de cuarta, que no es más que un esbirro barriobajero, conocía la sentencia antes de que la pronunciara el Tribunal. ¿Alguien en su sano juicio puede llamar a eso Justicia?

En un país cuyo gobierno fue secuestrado hace cinco décadas por una manga de desvergonzados y corruptos criminales que se hacen llamar «comunistas» y que se lo reparten todo dentro de la dinastía como si de una satrapía se tratase, no cabe ni por un momento esperar que exista la Justicia. Lo que existe es la «justicia castrista», es decir un poder del estado y al servicio del mismo que regula y administra los castigos y las venganzas que decide el poder político bajo mandato exclusivo del tirano Castro II.

En aquella ocasión fui puesto en libertad luego de que salieran de Cuba el video del operativo y la fotografía de la camisa que yo llevaba puesta y que se convirtieron en pruebas irrefutables de que la policía política cubana reprime violentamente. Con dichas pruebas dando vueltas alrededor del mundo no pudieron mantenerme más tiempo enjaulado.

Tras ser puesto en libertad y a la espera de la sentencia cuya apelación está ahora en proceso, no cesó el acoso y la persecución de la Seguridad del Estado sobre mi persona.

Es al mismo agente Camilo a quien le han encomendado espiarme, perseguirme y acosarme.

El día 15 de diciembre por fin logré obtener una prueba de ello y quedó inmortalizada en los videos que pueden verse siguiendo el link.

Aquí enseño las capturas de los videos:

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Con las pruebas aquí presentadas, quiero dejar sentado que si algo me sucediera, si tengo un «accidente» de tráfico o muero de un «extraño virus» o en cualquier otra extraña circunstancia, se tratará de un asesinato ordenado por el dictador Raúl Castro quien quiere sacarme del medio a cualquier precio.

Ángel Santistesteban-Prats

2 comentarios en “Yo denuncio: si me pasa «algo» no hay «accidente» posible

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