En la Cuba castrista aquel que ose enfrentar el sistema, como los criollos que enfrentaron a la Corona durante el período colonial, serán apresados, torturados, asesinados o desterrados.
Nada ha cambiado. El régimen de los Castro continúa hostigando a los que piensan diferente; me hacen pagar mis posts trayéndome a esta prisión cerrada, lo que por mi “condena”, según sus propias leyes, es otra violación a mis derechos pues debería estar en un campamento, como me encontraba en La Lima.
Pero no bastándoles condenarme injustamente sin la menor prueba ni encerrarme en prisión, me han puesto en una barraca donde están los presos de régimen severo, aquellos que han cometido delitos graves. Porque es la Seguridad del Estado quien mueve mi destino en la cárcel y así me lo advirtió, en su visita a la prisión La Lima, el Teniente Coronel Rubén, de la sección 21.
Aquí, en la cárcel 1580, los reclusos a veces me presionan porque todos quieren que les escuche sus penas, que le diga al mundo las arbitrariedades y atropellos que el sistema penitenciario cubano comete contra ello. Y dejo mis escritos y lecturas para escucharlos. Y me señalan las camas de los que se han ido suicidando.
A mi lado, uno me enseña sus brazos llenos de marcas a todo lo largo, cortaduras que se ha ido haciendo cada vez que ha protestado por una injusticia. Los reeducadores que deberían velar porque se respeten los “derechos”, son incapaces, y en ocasiones se les ve pasar de un lado para otro con el uniforme militar esperando que se cumpla su horario de trabajo.
Muchos presos han terminado sus condenas pero por trámites burocráticos continúan encarcelados.
Ellos en silencio y la oposición con sus voces, un día muy cercano, seremos premiados con una sociedad de Derechos.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión 1580, San Miguel del Padrón. Abril de 2013
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