Mi familia me transmite la solidaridad soterrada de amigos y vecinos hacia mi realidad. Si juntamos esa población que no soporta al régimen, pensaríamos que es eminente la caída de la dictadura; pero conozco de primera mano que esos que rechazan el proceso existente, son los mismos que luego van a la Plaza porque temen estar peor.
Una vez conté la anécdota de Stalin, que en plena nevada, quiso enseñar a sus funcionarios la manera de tener al pueblo subyugado, y ante la mirada de sus acompañantes, privó a un ave de su plumaje y la echó sobre la nieve. De inmediato, el ave corrió a guarecerse entre las botas del asesino. Varias veces la empujó para que se alejara, y sin otra opción de supervivencia, el animal regresaba a sus pies.
Supongo que sus lacayos entendieron bien la ejemplificación. Me gustaría agregar a esa historia, que luego de que regresaron a guarecerse al palacio, convencidos de la súplica del ave, de su total indefensión y entrega sin límite, el dictador encargó a su cocinero que le prepare un buen caldo para satisfacer sus ilimitados caprichos.
Por supuesto que los cubanos jamás hemos sido masoquistas ni tontos, aunque en estos más de cincuenta años bien que nos lo hemos ganado; pero he comprendido que la lógica del cubano es pensar que aún se puede estar peor.
Los presos se quejan todo el tiempo, y cada vez que me traen una queja les pregunto si aceptan que la denuncia vaya acompañada con su nombre, entonces se asustan, y me dicen que los privarán de los beneficios.
– Precisamente ahí radica el precio – les digo -, el cambio es a costa de sacrificios.
En ocasiones se quejan de los alimentos, y pienso que con razón, el mal olor que destilan hace dudar que un animal los ingiera.
Les digo que el próximo día 9 de junio hará cuatro meses de mi llegada a esta prisión, y que jamás he entrado al comedor, no tengo idea de cómo es su interior, les aseguro que el día que nos pongamos de acuerdo y unidos no salgamos a recibir los alimentos, las cosas cambiarán, tomarán medidas para mejorarlo.
– Político –me dice uno- si eso fuera tan fácil, lo haríamos con gusto. La comida, que es sancocho, se la llevarán a sus cerdos, y a nosotros nos enviarán al otro extremo de la isla y nuestras familias serán las más perjudicadas, sin entrar a contar la pérdida de los beneficios, nos privarán de toda posibilidad de salir antes de cumplir la sanción y todo quedará igual.
Los que han emigrado conocen que es una verdad, cualquier rebeldía se apaga, en el lugar que se esté, con la peor experiencia, con el más duro de los castigos, y la mayoría, por eso, ha dado la espalda a nuestra realidad.
Parece que nuestros problemas internos se resolverán por las exigencias internacionales como la ONU, y como al régimen racista de Sudáfrica, le harán respetar los Derechos Humanos de los cubanos.
Para comenzar, el primer gran paso de ascenso a la libertad, y a su vez, el comienzo de la caída de la dictadura, será con la ratificación de los Pactos de la ONU; lo que acaban de exigirles en Instambul en el Congreso de la FIDH en el mes de mayo. ¡En horabuena!
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión 1580. Julio de 2013
NO SOLO VAN A LA PLAZA PORQUE TEMEN ESTAR PEOR DE SITUACION
SI NO QUE , ADEMAS, LLEGAN A MIAMI Y A LOS 380 DIAS DE VUELTA A LA HABANA A ,OSTENTAR, BISNEAR, PASEAR, DEJAR LOS HIJOS CON LOS VIEJOS PA QUE LOS CUIDEN, OPERARSE EL GRANO, SACARSE LA MUELA, COMPRARSE UN PATIO PA HACERLE UNA CASITA A LA TIA, ETC ETC ETC.
PARECE C OMO Q UE EL TEMA INJUSTICIA Y LIBERTAD NO TIENE NADA QUE VER CON LA SOCIEDAD ACTUAL, IMPERA ,POR SOBRE TODA BANDERA, LA PROSPERIDAD ECONOMICA.
LA MAYOR PARTE DE LOS CUBANOS (NO DIGO TODOS) QUIEREN SALIR DE CUBA PARA MEJORAR SU ECONOMIA, Y NO PORQUE LES MOLESTE LA DICTADURA