Hoy, en el recuento, se le hizo saber al Teniente Fermín , que un recluso operado de varios quistes malignos en los testículos, a quien se le aplican los sueros citostáticos y un centenar de medicamentos, más la sonda vesical, se encontraba con fiebre alta y no podía levantarse de su cama.
–Déjenlo dormir –fue su respuesta. Sigue leyendo