El coraje de pocos cubre la desvergüenza de muchos de la UNEAC

Con placer infinito he recibido el texto del intelectual Francis Sánchez «Señal de Humo por la libertad». Con preocupación, porque no somos ingenuos, estamos conscientes que este texto suyo, con su punto de vista, será considerado por los funcionarios de la cultura y la policía política, como otra señal de su incorregible rebeldía, «otra raya para el tigre», decía nuestro amado escritor Guillermo Vidal, ya desaparecido físicamente.

Con valentía Francis ha expuesto sus razones para desconfiar de mi proceso y de toda la campaña que contra mí se ha efectuado. Sin apenas tener conocimiento de lo ocurrido, Francis ha sacado lógicas conclusiones que el más sesgado de conocimiento también lo hubiera hecho, salvo que Francis ha hecho gala de su osadía, y ha puesto el dedo en llaga.

Comienza el texto con una oración «hemingwayana»: «Hoy es Ángel Santiesteban». Que se me hayan violado mis garantías procesales, mis derechos legales más elementales, de una forma arbitraria e insolente, delante de los ojos del resto de los artistas, aceptando su silencio, es lo peor que pudieron hacer contra ellos mismos. Mañana serán otros, quizá sean algunos de los que firmaron la carta «contra la violencia» para ascender, congraciarse con el poder, por cobardes y otras tantas razones negativas, y entonces verán consumirse sus vidas bajo el silencio de muchos, y la oposición de pocos, donde me encontraré yo, por supuesto, defendiendo sus garantías. Y lo haré por ellos y por mí.

Repetiré una vez más que en mi contra no se expuso ninguna prueba concluyente, salvo mi escrito copiado de un periódico oficialista y que según la grafóloga, «por la altura y la inclinación de mi letra: soy culpable», y de una amiga de mi ex -con la que llevaba más de dos años y medio separado sentimental y físicamente- que según relató en el juicio, lo que conocía al respecto lo escuchó por la demandante, lo que la convierte en un testigo de oído, que es lo mismo que nada. Sin embargo, por mi parte presenté cinco testigos fehacientes, concluyentes, y fueron rechazados después del acto oral. Todo el expediente investigativo, la apelación, revisión, más el video del falso testigo, se encuentran en Internet para que cada cual por sí solo saque sus conclusiones.

Sin embargo, muchos prefirieron no buscar, ¿para qué si de todas formas harían lo mismo?, no por apoyar al gobierno, sino para ponerse en buen resguardo y continuar recibiendo las dádivas del poder, y por la otra parte, no exacerbar sus miedos a la furia del Régimen y las penurias que conllevan.

Agradezco sobremanera que otro escritor alce su voz por la Justicia, independientemente que sea a mi favor, estamos ganando en conciencia cívica y eso es lo importante. Esperaré a que otros sean honestos y pierdan el miedo, esa es la razón, la exigencia real por lo que me encuentro encarcelado, porque perdí el miedo a sufrir. Existe una cuota intangible que se apodera de nosotros cuando decimos lo que se siente, y es mucho más grande y gratificante que el sufrimiento cuando se supera.

Seguro que los tiempos de libertad están llegando. Los elefantes dormidos despiertan y descubren su memoria, se avergüenzan de su pasado y presente, comienzan a vivir para el futuro y su honestidad.