Resulta muy extraño encontrar un artista perteneciente a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que salga del redil limitado por el gobierno. Todos sabemos que aquellos que lo han hecho en algún momento pagan cara su osadía.
Cuando coincidí con el escritor Ernesto Santana Zaldívar en un encuentro de Estado de Sats, una alegría solidaria me embargó el alma. Después del abrazo, fue grato escucharle que estaba al tanto de mi situación y era su intención ayudar a conocer más sobre esas absurdas acusaciones contra mí persona publicando en Cubanet. Y estuvimos de acuerdo que no tenían más intención que desestabilizar mi armonía, por ende dañar mi creatividad y -por cansancio o lógica de sobrevivencia- que abandonara mi blog y exigencias de democracia.
Ernesto Santana estuvo al tanto de cada noticia que acontecía en el burdo proceso que me fue llevado. Su permanente solidaridad la ha demostrado a través de llamadas telefónicas, abriéndome su casa, o citándonos en algún lugar de la Habana para que le pusiera al día de los últimos ardides del Régimen para acallarme. Su solidaridad, además, me alegra por partir de un cubano que expone su vida en la búsqueda de los derechos individuales. No le bastó viajar al exterior, ganar premios, ser publicado ni recibir las dádivas del poder si no podía ser honesto ni consigo mismo.
Es un placer hacer este viaje a su lado por las libertades que necesitamos y que no estamos dispuestos a renunciar, a riesgo de abusos y cárcel, de este hijo que nadie quiere. Un honor que comparto con los lectores.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Febrero de 2014