Si la Unión Europea solo encomendó a su jefa de diplomacia Catherine Ashton “conversar” con la dictadura de La Habana, no tendrá otra intención que comprender una vez más que los gobiernos totalitarios no pueden transformarse ni aunque se lo propongan . No obstante los Ministros Exteriores aprobaron “abrir la negociación de un acuerdo bilateral”.
Negociar con los hermanos Castro sería una traición al propio bloque europeo. Si de posición extremista se trata, solo es la del régimen cubano que no cede un ápice de su poder unánime. Los Derechos Universales que proclaman los Veintiocho, jamás podrán encontrarlos en el sistema cubano actual.
¿Qué más quisiera la oposición que se encuentre la fórmula que termine con la angustia en el archipiélago? Aunque intente ser optimista, esa posibilidad me resulta lejana, máxime cuando aún no se han firmado los Pactos de la ONU. Cuba se ha negado por más de cinco años a concretar los Pactos justificando que primero debe cambiar algunos puntos de su Constitución. No obstante, no hizo prejuicio ante los miembros para elegirla como parte de la Comisión de Derechos Humanos; así puede llegar a veces a ser el cinismo y la ironía en la política. Ojalá que la Unión Europea no repita ese terrible error, por mucho lobby que hagan los embajadores de Cuba en sus países.
La Unión Europea, para ser coherente con su política exterior, primero debe pensar en el pueblo cubano y después en los millones que puede dejar de ganar al no negociar con el tirano. Lo contrario sería un irrespeto a sí misma y un retroceso en su política exterior y en los Derechos Humanos Universales.
Por suerte, lo que parece más atinado de cuanto he leído sobre el cambio de “Posición Común” de la Unión Europea, han sido las palabras del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al advertirle al régimen de La Habana que “Es muy importante que Cuba respete los Derechos Humanos, que no tenga presos políticos. Es muy importante la libertad de expresión, la libertad de asociación”, según declaró Barroso ante rueda de prensa en Madrid, junto al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. El comisionado comunitario enfatizó la necesidad de que “Cuba se abra a los valores plenamente democráticos”.
En lo particular, por desgracia no soy optimista, me uno a las reservas de Alemania y la República Checa de que el mandatario Raúl Castro no respetará democratizar el país, y algún rejuego de manipulación política tiene ideado para cuando llegue la negociación.
Mientras la Unión Europea mantenga sus principios expuestos en la Posición Común, no hay que temer a una debilidad en su receptividad exterior, pues al Gobierno cubano entiende que flexibilizar los Derechos Humanos es una flaqueza en su férrea y dominante manifestación a su pueblo esclavo.
Lo que sí parece claro es que sin cambios no hay marcha atrás, porque lo que sí es seguro, es -reafirmamos- que la familia Castro, no piensa abandonar el poder, porque ellos -que se comportan como una dinastía- creen que les pertenece por derecho propio. La oposición, con la ayuda internacional, debe demostrarles que están equivocados.
Una vez más los cubanos se ven expuestos a intereses económicos de las partes, sin que posiblemente tengan en cuenta lo que más les conviene. Oremos y luchemos porque esta vez sea la excepción.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Febrero de 2014
Yo no le tengo confianza alguna a los gobiernos europeos.