Escuchar Telesur, la televisora de los dictadores de Venezuela y Cuba, aliada de los países izquierdistas del mundo, te hace sentir como un demente.
El comentarista explicaba a viva voz que el ejército ucraniano arremetía contra la población pro rusa,y a su vez, en las imágenes, podía verse que ocurría totalmente lo contrario. Los soldados se mantenían parapetados detrás de sus escudos antimotines, mientras recibían una lluvia de gigantescas piedras y todo lo que encontraban a su paso los manifestantes. Aún así, el chavista exigía que debía detenerse el atropello contra la pacifica población, y yo me cuestioné si la locura se había apoderado de mí.
La plebe pudo rodear a un joven soldado que –indefenso– soportaba los golpes mientras el resto huía despavorido a buscar refugio. El periodista insistía en que Putin reclamara ante la ONU que cesaran las operaciones militares contra los rusos que allí residen; también me sorprendí –jamás me lo hubiese imaginado– que tendría lástima a favor de los uniformados abusados por la población, que no son más que un ejército infiltrado de los rusos que -desde hace años- sembraron en aquel territorio esperando el momento para apoderarse de Ucrania.
Finalmente, me acerqué al televisor -aprovechando que me encontraba solo en la barraca, pues el resto de los presos estaban de pase- y lo apagué. Manipulando y tergiversando las noticias «en pleno desarrollo» -como le gusta repetir al periodista de un solo ojo- es como ejecuta su venganza para dejar ciego a los demás.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión asentamiento de Lawton. Mayo de 2014
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