“… uno es por lo que hace, y no por lo que escribe”
José Martí
Desde que nacimos escuchamos a nuestros padres emitir sus opiniones políticas en voz baja cuando se trataban de críticas contra el gobierno. Fue un acto que aprendimos por imitación, algo natural que se nos engendró como formación cultural. Callar comenzó a ser parte de nuestro ser. Mirar a ambos lados antes de expresar un punto de vista problemático fue un acto espontáneo que rozaba la ingenuidad, pero en realidad era un instinto de supervivencia. Sigue leyendo