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El rigor del infierno: presos en Cuba.

Las golpizas nunca tienen justificación; golpear es un derecho que les da un gobierno acostumbrado a reprimir y aporrear desde que se sentó en el trono

 

ACERCA DEL AUTOR

Ángel Santiesteban

Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.

Ángel Santiesteban: «Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores»

Invitado al Festival Internacional de Literatura de Berlín, el escritor cubano critica ante DW la pasividad de la UE y de la opinión pública internacional ante la trágica situación de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Schriftsteller Angel Santiesteban

Ángel Santiesteban.

 

Considerado uno de los más importantes cuentistas latinoamericanos de la actualidad, el escritor cubano Ángel Santiesteban fue condenado a cinco años de prisión por abrir en 2008 el blog «Los hijos que nadie quiso” para dar su opinión sobre el desastre político y social impuesto por el castrismo en Cuba.

Su vida a partir de ese momento ha sido una lucha contra la censura gubernamental y por la democracia en la isla. En 2014 Reporteros Sin Fronteras lo eligió entre los 100 Héroes de la Información en el mundo. El gobierno le impidió viajar fuera de la isla durante 10 años, pero al fin se encuentra de visita en Berlín, para presentar la edición alemana de su libro de cuentos Lobos en la noche, publicado por la prestigiosa editorial Fischer.

Con él, en su carácter de intelectual y de disidente, conversó Deutsche Welle sobre asuntos de relevancia que marcan su vida y la de los cubanos.

Deutsche Welle: «Europa ha legitimado la dictadura cubana” es una frase recurrente en sus entrevistas.

El escritor cubano Ángel Santiesteban, creador del blog Los hijos que nadie quiso.El escritor cubano Ángel Santiesteban, creador del blog «Los hijos que nadie quiso».

Ángel Santiesteban: Conversar con un régimen que ha demostrado por décadas que no cree en diálogos lo legitima. Eso es innegable. Desde siempre han existido empresarios coqueteando con el castrismo, pero es comprensible, pues sólo les importa sacar ganancias con su presencia en Cuba. Pero que lo haga un organismo asentado en una región que lucha por establecer eso que llaman Estado de Bienestar y de Derechos es una contradicción enorme y, en muchos sentidos, una desvergüenza. Desde que la Unión Europea decidió sentarse a conversar con Cuba, lo único que hemos visto es que ha tenido que ceder una y otra vez ante las exigencias de La Habana, y que la dictadura ha reprimido con más fuerza a la oposición, pues ha visto que nadie le cuestionará sus violaciones. Lo mismo está sucediendo con Venezuela, con Nicaragua… Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores. Y eso la hace culpable de nuestro sufrimiento y de nuestros muertos.

Como opositor, desde su blog, fue uno de los más preocupados por denunciar la responsabilidad del gobierno cubano en esos desastres sociales que vemos en Venezuela y Nicaragua…

Creo que eso que llaman «mundo libre” debería acabar de condenar abiertamente, y no sólo con tímidas sentencias, el apoyo moral y la asesoría en muchos ámbitos que el castrismo da a Maduro en Venezuela y a Ortega en Nicaragua. El castrismo ha sido siempre un gobierno parásito: primero, los rusos y el campo socialista; luego Venezuela. Es un parasitismo disfrazado como «lucha por los derechos de los pobres de América Latina”, y ya sabemos cuántos muertos provocó el fomento que Fidel Castro hizo de las guerrillas en la región, sin contar que esos guerrilleros terminaron siendo terroristas y narcotraficantes sin que la dictadura cubana les retirara su apoyo. Luego, Fidel Castro y Chávez inventaron la mal llamada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), supuestamente para derrotar al neoliberalismo e imponer el socialismo del siglo XXI: otro fracaso del que se favoreció sólo el castrismo. Y ahora, fracasado su plan de extender el socialismo por América Latina, se comportan como lo que son: dictadores, porque saben que el «mundo libre” sólo los criticará con palabritas políticamente correctas.

Como protagonista de la cultura cubana, se has manifestado contra la más reciente Ley Cultural, la 349. ¿Es realmente peligrosa?

Desde que llegó al poder, en 1959, Fidel Castro supo que tenía que mantener la libertad de creación y expresión bajo control. Pero a excepción de la llamada Ley 88 dirigida al periodismo, que los opositores llamamos Ley Mordaza, toda la censura artística se basó en la aplicación que los comisarios culturales hacían de aquellas famosas palabras de Fidel: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”. Pero ahora la censura es Ley: entre otras muchas trabas, se limita la libertad de expresión de los creadores, pues se criminaliza y penaliza a quien intente dar a conocer su obra en sitios públicos sin la aprobación de las instituciones gubernamentales. Pero los intelectuales están amordazados por el miedo y muy pocos han alzado sus voces en contra. Sólo el movimiento cultural independiente y opositor está protestando contra esta legalización de la censura.

Muchas personas no entienden que gran parte de la oposición cubana apoye al presidente norteamericano más controvertido de los últimos 100 años: Donald Trump.

Aunque en lo económico hubo algunas tímidas aperturas, cada vez más, en materia de conquista de derechos humanos, queda demostrado cuánto fracasó la política de Obama de abrir una supuesta «nueva era” entre Cuba y Estados Unidos. Puede hoy cuestionarse alguna que otra medida de Trump, pero el pragmatismo de Trump le hace entender que no se puede conversar con quien no quiere escuchar. Esas personas que critican que apoyemos a Trump deberían ir a Cuba y sufrir con nosotros toda la represión que nos cayó encima desde que Raúl Castro vio que su eterno enemigo, Estados Unidos, dispuesto a sentarse en la mesa de negociaciones, ponía la defensa de los derechos humanos en el último lugar de las exigencias a la dictadura cubana. Trump, dígase lo que se diga, en el caso cubano ha vuelto a poner en primer lugar el respeto que el castrismo debería conceder a los derechos humanos.

Autor: Amir Valle (CP)

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Se busca “transición ordenada” para Venezuela31.07.2017

El tiempo para los llamados de la comunidad internacional a la cordura en Caracas se ha agotado con la Asamblea Constituyente. América Latina, Europa y Estados Unidos toman distancia.

Todo esfuerzo contra la dictadura me parece conveniente e ineludible.

Todo esfuerzo contra la dictadura me parece conveniente e ineludible. Creo fervorosamente que entre todos está el empuje del muro de la dictadura; pero ahí no radica la realidad actual, a estas alturas del campeonato no podemos creer en cantos de sirenas. Particularmente creo en todos los opositores, en las Damas de Blanco, en Rosa María Paya, la cual respeto y admiro, en Antonio Rodiles, en Fariña, UMPACU, Antúnez y todos los demás, por solo citar los que vienen a la memoria ahora. En el que sí no creo es en el régimen, en que algún opositor cuente con que los Castro y sus secuaces vayan a transigir y aceptar cualquier exigencia donde ellos no formarán parte.
Simplemente se trata de estar de acuerdo o no, con tal o mas cual proyecto. Creo que es innecesario que pasen cinco años para decirnos, este no es el camino, mejor rectificamos. Desde ahora, y lo vemos con el ejemplo de Venezuela donde Cuba es el ideólogo, no van a permitir nada. La exigencia me parece a mí, debe ser directa: que el régimen abandone el poder y permita el camino a una democracia donde el pueblo sea quien gobierne. Que ellos no sean actores en esa transición, y solo se podrá lograr, por supuesto, con la presión del concierto de naciones. Para ese entonces nos vamos a ahorrar varios años, que ya le va haciendo falta a nuestra generación, a ver si podemos tener la experiencia de libertad en nuestras amadas islas que conforman el archipiélago cubano.
Ojalá los opositores que lideran proyectos se sienten a conversar y encuentren una hoja de ruta, entre todos, el mejor camino, el más apegado, en tiempo y forma, a lo que necesita la dictadura para que se largue del poder. Esto es como en la religión, todas tienen un poquito de verdad, de razones y necesidades, ninguna en sí sola guarda todas las exactitudes y sabidurías.
Y para eso creo que los artistas e intelectuales debemos tener un papel activo. Como bien saben, ningún movimiento político se ha logrado si antes no se tiene un movimiento cultural de arte y pensamiento desarrollado. Aquí va mi voz para que se logre.

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ACERCA DEL AUTOR

Ángel Santiesteban

Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.

Por una Cuba futura, y una actual oposición trasparente.

Por: Ángel Santiesteban-Prats

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He demorado mi respuesta porque he esperado, he apurado mi regreso a Cuba, para emitir mis puntos de vista, porque hacerlo desde lugares donde no corro ningún riesgo me hace sentir cobarde, y esto es solo una impresión personal. Desde un principio es bueno aclarar que a Antonio Rodiles no le hace falta que lo defiendan. Ha demostrado tener la suficiente entereza para enfrentar sólo sus contiendas. Tampoco es de los líderes que se ocultan mientras sacrifican, como reses, a una caterva de fulleros que lanzan al ruedo público, y que asemejan a las hordas de gladiadores que se degüellan entre sí, o peor, a esa chusma que criticamos en los Encuentro de las Américas en Ciudad de Panamá y ahora en Lima, en busca de histrionismos, quince minutos de fama o alguna prebenda para su peculio personal.

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Desde que conocí a Antonio Rodiles, siempre ha sido el primero en ir delante y recibir los zarpazos de la dictadura. No se esconde para que otros hablen por él. No vive del pasado de su familia, del sacrificio que ellos hicieron y que sin arriesgar nada, pudo disfrutar de beneficios; él se los gana aun, enfrentando a esa propia familia que es parte del régimen; expone su cuerpo todos los días, no algún día de pasada y pernoctar en La Habana. Ha estado siempre al lado de los que la policía política sacrifican y encarcelan, así como de su familiares, aunque luego le muerdan la mano.

Vale recordar que cuando el expresidente Barak Obama –el hombre más poderoso del mundo en su momento– quiso dictar su política grasienta contra el régimen de los Castro, el Foro por los Derechos y Libertades, liderados por Berta Soler y Antonio Rodiles, en pleno rostro en la reunión de La Habana –que los recibió por la cocina para no marcarse con la dictadura– le dijeron que no, que era una política errónea y un espaldarazo al régimen; pero a Obama no le importaba la disidencia cubana, no le interesaba ver los brazos de Antonio inflamados y heridos por los abusos de la policía política, no le concernía que las Damas de Blanco fueran abusadas, y son aún hoy, cada domingo. Si ellos le dijeron eso a Obama, cómo no se lo van a decir a Rosa María o a quien fuere necesario, en pos de la transparencia política.

Por momentos me pregunto si Antonio es un político. Es tan honesto que a veces parece que algo falla, máxime cuando vivimos en un mundo de embustes. Coincidimos en espacios públicos donde todos tenemos la misma voz y ayudan a confundir y tergiversar. Antonio jamás habla por la espalda. Dice las cosas de frente y a eso es a lo que muchos le temen. A Rosa María Payá le ha dicho en persona que no diga que vive en Cuba, porque no es cierto. Pasar por Cuba y tener libreta de abastecimiento, no quiere decir que vive en Cuba. Le ha dicho también sus desacuerdos con su proyecto donde la dictadura es un actor importante.

Antonio Rodiles se ha ganado el derecho de exigir no ser inmiscuido en un proyecto que no comparte. Eso no es un delito, se llama honestidad.

Antonio Rodiles tiene el derecho de llamar la atención sobre el espaldarazo político y financiero a un proyecto que todos sabemos que es irrealizable dentro, y mientras exista la dictadura, eso se llama confrontación. Antonio Rodiles le asiste el derecho de pedir un debate público con Rosa María o cualquiera que lo desee, pues eso se llama democracia.

Que Antonio Rodiles pida transparencia no significa un traspié a otro proyecto o persona, se llama caminos políticos que difieren, por ende, lo aconsejable es explicar, discutir públicamente esos proyectos, y tenemos el gran ejemplo de las contiendas por la presidencia de los Estados Unidos. Es el derecho de Antonio Rodiles a pedir un debate público, como también es el derecho a los demás de negarlo. Pero como todos sabemos, quien calla otorga.

No es cierto  que Antonio Rodiles jamás ha ofendido a Rosa María. Sus palabras públicas o escritas salen con fuerza, no con saña, son dichas con verticalidad, no con odio. Defienden su proyecto, no coartan los demás. El día que Antonio decidió abandonar a su familia y la tierra de libertad que lo acogía, para ir a luchar por la democracia en Cuba, botó la llave del regreso. No finge que vive en Cuba, vive y sangra en Cuba. No intenta manipular que se sacrifica, sino que expone su vida y recibe el encono del régimen. No inventa que lo apoyan tantos grupos opositores ni personas si no es cierto, porque bastaría con las Damas de Blanco y otros grupos dispersos por el país para formar una plataforma política sostenible. Antonio jamás ha saltado por intereses mezquinos. Nunca acepta lo que no cree bueno para Cuba ni cambia de tren cuando lo sabe cerca de apoyos políticos y económicos si no son viables, objetivos y coherentes. Lo más injusto es que pronto Antonio Rodiles regresará a Cuba, y todos aquellos que lo critican y que emiten falsan acusaciones, quedarán resguardados en suelos de libertad y sentados cómodamente en sus poltronas, viéndolo partir, mientras lleva sobre sus espaldas los arañazos y codazos de aquellos que jamás arriesgan. Que el gran sacrificio de esos está en dejar caer sus dedos sobre unas teclas plásticas para restar credibilidad y exponerlo a los castigos del totalitarismo. Esos no recibirán siquiera una amenaza de la dictadura porque jamás se le podrán al alcance.

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Antonio no vive de su apellido. Antonio no vive de sus muertos. Antonio no vive de Cuba, sino de los sueños por una Cuba libre.

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Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.

¿Cómo logró llegar a Bogotá el cubano Ángel Santiesteban-Prats?

El autor de ‘Lobos en la noche’ cuenta cómo es la vida de escritor y bloguero en su Cuba natal.

Ángel Santiesteban-Prats, escritor cubano

Por: María Isabel Rueda
07 de mayo 2018 , 03:35 a.m.

Fue invitado esta semana a un foro en Bogotá por la Universidad Sergio Arboleda y la Fundación Vista-Larga, con sede en Miami, que promueve a los escritores en el exilio. Entiendo que el régimen cubano casi no lo deja venir… 

Pues, la verdad, casi no me dejan salir de Cuba. Llegué al aeropuerto a montarme en un vuelo de Avianca el viernes, y me tuvieron preso hasta el sábado. El domingo, luego de muchas presiones internacionales, me dejaron viajar a Bogotá.

¿Por qué lo detuvieron?

Bueno, estuve preso dos años y medio, de una condena de cinco años, a partir de un blog que abrí y que se llama ‘Los hijos que nadie quiso’. En ese momento empezó mi persecución.

¿Qué tratamiento recibió en prisión? 

Me trataron como un preso político, con respeto. Realmente, las autoridades de prisiones no eran las que me gobernaban, ellas solo me cuidaban. El que regía sobre mí era el Departamento 21 de la Seguridad del Estado (la policía política).

Me tuvieron dos años y medio preso, salí en julio del 2015 gracias a una intervención de eurodiputados y con ayuda del ministro de Relaciones Exteriores alemán que hoy es el presidente, quien fue a Cuba y entregó una carta e inmediatamente me liberaron.

¿Por qué abrió el blog si se volvió objeto de tanta persecución?

Fue una cosa consciente. Sucede cuando comienzas a sentir asco de ti, sí, por tu silencio, por tu doblegamiento ante la dictadura y ante las cosas que suceden, y cuando tú sientes ese asco, entonces acudes a hacer tu manifestación contra el sistema, contra el régimen.

¿Qué lo hizo pensar que lo iban a dejar salir para viajar a Bogotá?

Cuando el 28 de febrero cumplí los cinco años de la condena, fui a sacar el pasaporte y me lo dieron. El pasaporte ya quería decir que yo no estaba ‘regulado’, que es la palabra que ellos usan. Pero una vez que me presento ahí en el aeropuerto, me llevan a una oficina y me informan que como estoy ‘regulado’, no solo no puedo viajar, sino que me van a detener.

¿Y bajo qué cargo?

Desde el día antes me estaba llamando un policía diciéndome que estaba vinculado a ‘una estafa de un móvil’, porque te buscan las cosas más feas que te puedas imaginar. Entonces, bueno, me llevan al cuartico, de emigración me traslada la policía de gobierno a una estación cercana al aeropuerto y ahí me dejan hasta el otro día, detenido en el calabozo. Me liberaron el sábado a partir de la fuerza que se empieza a hacer desde afuera.

¿Quiénes desde afuera?

La Fundación Vista-Larga. Mientras estaba detenido me llamaron por teléfono y me dijeron: ‘Angel, no estamos hablando contigo sino con la policía secreta que nos está escuchando.

Vamos a redactar la Declaración de Bogotá y diremos que no te dejaron salir de la isla’. Creo que entendieron. Pero antes de eso llegó un oficial y me dijo que estaba acusado de tráfico de drogas.

Después, que era por una estafa con una moto, y finalmente volvieron a la historia del móvil. El domingo por la mañana me llama una funcionaria de emigración para decirme que ya no estoy ‘regulado’. Entonces corrí para el aeropuerto y me fui en el próximo avión.

¿Ser escritor en Cuba, y más si se escribe desde la oposición, es muy difícil? 

A la literatura uno no la escoge, ella lo escoge a uno. Si yo la hubiese escogido, quizá nunca me hubiese metido con el sistema, habría sido un cínico y estaría escribiendo para navegar, para flotar dentro de la dictadura y que no se metieran conmigo.

Hasta una época podías criticar el sistema sin mencionar a los Castro; podías hacer una literatura crítica, ellos te ponían en una lista que si no era negra, era gris, ya con pespuntes negros, pero bueno, no era negra, como en la que yo estoy ahora. Se puede jugar con la cadena, pero no sacar a bailar al gorila. A partir de que yo abrí el blog en el 2008 ya me metí con el gorila, que comenzó a dar sus zarpazos.

¿Está arrepentido de haberse puesto a jugar con el gorila?

Para nada. Todo lo que me ha pasado a mí y a otros son condecoraciones. Si no me sigue pasando, tengo que cuestionarme qué estoy haciendo mal.

¿Cómo fue la historia del blog? 

Fui a República Dominicana en el 2008. Siempre tenía el sueño de que me dieran un pedacito de la última página, en la parte de abajo, en un periódico para yo decir lo que pensaba.

En esa visita a Dominicana me enseñaron a hacer un blog y aquello me pareció como cosa de Dios. Ahí podía escribir lo que me daba la gana sin la censura de nadie.

¿Cómo hace para acceder a su blog? 

Hay dos maneras de limitar internet en Cuba. Una es la banda, que es muy angostica, y la otra es solo darles a los que son cercanos buen internet. A los escritores amigos del régimen les dan 50 horas de internet. Tengo un amigo que me deja oculto.

Mi blog está censurado, no se puede abrir en Cuba. A escondidas me regala una de las 50 horas que le dan y vía internet les envío a parientes o amigos los textos para que los pongan en el blog. Desde que lo comencé, hace 10 años, nunca he abierto mi blog en Cuba.

¿Cómo se busca el blog? 

Loshijosquenadiequiso.wordpress.com.

¿Cómo publica sus libros?

Como es literatura crítica, para publicar los tres libros que publiqué en Cuba tenía que ser contra premio. A los concursos enviaba el material inédito y el premio ya respaldaba la publicación. En 1992 me gané el premio Casa de las Américas; tenía 26 años y cuando llegué a la premiación a las 8 de la noche, me lo habían retirado. Ellos me dijeron que su cobardía se escudó bajo la amenaza de que si me premiaban me harían daño, y no querían.

Tres años después me gané un premio de la Uneac (Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba) con ‘Sueño de un día de verano’ y me tocó negociarlo con Abel Prieto, que era el presidente. Hoy es el ministro de Cultura. En estos momentos soy ‘bestseller’ en Alemania con mi libro ‘Lobos en la noche’. Pero en Cuba no puedo publicar. En Miami también me ha publicado la Fundación Vista Larga con su proyecto Puente a la Vista.

¿Qué está y que no está permitido escribir en Cuba?

Bueno, está permitido escribir mucha ciencia ficción, pero a mí no me sale. Desde que comencé a escribir soy un escritor maldito, porque como te decía, no sé escoger otra literatura, solo la que me sale, y la que me sale es problemática.

O sea, ¿lleva su trabajo a una editorial de la isla, y allá le dicen no?

Te dicen no. Si es un cuento de prostitución y pones a un policía corrupto, ¡oh, espérate!, te estás metiendo con el Ministerio del Interior; si el padre de la muchacha es un funcionario del gobierno, ¡oh, te estás metiendo con el Ministerio de Relaciones Exteriores!

¿Pero el libro de la Uneac sí se lo publicaron?

Termino la historia. Abel Prieto me dice que para publicar el libro le tengo que quitar cinco cuentos porque si no, la Asociación de Combatientes de Cuba nos va a fusilar si sale este libro, palabras textuales. Entonces me ofrece un apartamento gratis, a mi nombre, como premio, a cambio de que yo acepte sacar esos relatos.

O sea, a manera de premio le ofrece un apartamento a cambio de que saque cinco capítulos…

Cinco relatos. Y yo al principio le digo, no, olvídate. Le digo que no soy un escritor de escándalo, que quiero que me conozcan por mi obra. Y es cuando él me dice, ‘¿Tú tienes auto?’ Le dije, sí. Me dice, ‘¿y casa?’ Yo me quedo así… Mi esposa en ese momento estaba embarazada y estábamos viviendo de agregados en casa de ella.

Dice, yo estoy dispuesto a darte un apartamento si tú sacas estos cinco relatos. Cosa que me habría podido pasar en cualquier editorial del mundo: no interesan unos capítulos. Este hombre me estaba diciendo, te voy a publicar, pero estos cinco relatos no me interesan y, además, te voy a dar un apartamento a cambio de los que no me interesan. Claro, era un premio y en honor a la justicia tenían que publicarlo. Finalmente, el libro salió sin los relatos. Y yo con mi apartamento…

¿Publicó el libro entero por fuera?

Cogí ese libro e hice algo que en Cuba no se puede hacer, me inventé una editorial con el nombre de Emely, le puse hasta código de barras falso y publiqué el libro íntegro, como si fuera publicado en Barcelona, e hice 2.000 copias y las repartí. Así fue como el libro pudo salir.

¿Lo han puesto preso en otras oportunidades?

Sí. A los 17 años, cuando terminé la carrera militar fui a la costa a acompañar a mi familia que se escapaba en una lancha; los apresaron en altamar. Alguien contó que yo estaba en la costa y fui apresado un año y dos meses, a los 17 años. La prisión fue en donde comencé a escribir.

Era la manera de escapar de aquel infierno, de estar uno a solas, sin escuchar a la gente llorando, abusada, violada; escribí una novela sin saber cómo se escribía una novela. Empecé a fijarme en un libro, cómo se hacían los diálogos y cosas así, y salí de allí entonces a buscar mi oficio de escritor.

¿Espera que con el cambio de gobierno pase algo a nivel de la libertad de expresión? ¿O eso será lo mismo?

No, lo mismo y peor, porque ahora los Castro van a trabajar detrás del rostro de otro. Raúl Castro quiere a sus hijos y a sus nietos, Fidel no. Fidel no era muy familiar, era un hombre muy frío. Pero Raúl sí es muy familiar, y pienso que él está cuidando su familia. A él le interesan sus hijos, sus nietos…

No puedo dejar de preguntarle qué opina de la situación en Venezuela. Después de su visita a Colombia, ¿cree que tenemos algún peligro de caer en eso?

Sufrimos muchos y sentimos mucha vergüenza por lo que está pasando en Venezuela, por lo que ha hecho la dictadura, por la manipulación, por el asesoramiento que han recibido de los cubanos. A eso se suma toda la vergüenza que sentimos de todas las décadas de guerra de Colombia por culpa también de Cuba.

No entiendo cómo la Comunidad Europea está haciendo las paces con Cuba, mientras se las retira a Venezuela. Nuestra dictadura es el eje del mal. En cuanto a Colombia, me da terror que después de todas estas guerras y de que ya ustedes pueden empezar una nueva y hermosa vida, venga Petro. Colombia no merece volver atrás.

¿No le han dado ganas de irse de Cuba?

No. Mis amigos, mis compañeros me lo dicen, pero yo siento un compromiso con la libertad de Cuba. A mí la política no me interesa, solo quiero ser un escritor que dice lo que piensa. Y mientras yo no pueda decir lo que pienso en mi país, no me voy a ir.

¿Y la Declaración de Bogotá se hizo o no se hizo? 

Se hizo en la Sergio Arboleda. Le reclama, le exige al régimen que libere a otros escritores y artistas que no dejan salir de Cuba.

MARÍA ISABEL RUEDA

DECLARACIÓN DE BOGOTÁ A ver… escritores cubanos con dignidad… espero ver sus firmas en este documento…

A ver… escritores cubanos con dignidad… espero ver sus firmas en este documento…

DECLARACIÓN DE BOGOTÁ

Los escritores cubanos reunidos en la ciudad de Bogotá, participantes en el Primer Festival Vista de Colombia,

Teniendo en cuenta la situación de acoso, amenazas y persecusión en que desarrollan su labor los artistas y escritores de la Isla que no comulgan con la ideología oficial o simplemente trabajan de manera alternativa,

Ante las continuas violaciones a los derechos de asociación y movimiento de los creadores independientes,

Ante el recrudecimiento de las actividades represivas del régimen vigente en la Isla, las cuales incluyen el secuestro de varios creadores en territorio cubano –casos de los escritores Victor Manuel Domínguez, Roberto Quiñones Haces, Henry Constantín Ferreiro, Ileana Alvarez y Francis Sánchez, del escritor y activista LGTB Pedro Manuel González Reinoso y del músico Gorki Águila, a quienes se les ha impedido viajar fuera de Cuba en los últimos 12 meses teniendo incluso sus documentos en regla y sus permisos y pasajes de avión ya pagados; y del escritor Ángel Santiesteban, que el 27 de abril pasó 24 horas en un calabozo de La Habana bajo falsas acusaciones de la policía política, que buscaba impedir su asistencia a la edición de este Festival Vista en la Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá,

Conociendo, además, que la lista de creadores cubanos secuestrados por la dictadura en los últimos meses es más amplia (los nombres relacionados en esta declaración son solo los más conocidos o aquellos que en su momento han tenido más impacto mediático),

Acordamos:

a) Condenar la escalada represiva contra los escritores y artistas alternativos residentes en Cuba

b) Exigir al régimen cubano que respete el derecho de los escritores y artistas a crear en libertad, de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos

c) Emprender una campaña internacional de denuncia que dificulte a la dictadura la implementación impune de sus violaciones

d) Pedir la solidaridad, en forma de firmas, de todos aquellos escritores y artistas cubanos, y de otros países, capaces de sensibilizarse con sus colegas retenidos por la fuerza en la Isla

La presente declaración continuará acumulando firmas de adhesión en las próximas semanas para luego circular en todos aquellos medios informativos que se hagan eco de ella, y será propuesta a la comisión de derechos humanos en Ginebra.

Somos conscientes de que, tras 60 años en el poder, el régimen vigente en Cuba ha tejido una vasta red de compromisos y apoyos a nivel internacional, en virtud de una ideología totalitaria. Pero no podemos permanecer impasibles ante el abuso de todo un Estado contra creadores cuyo único «pecado» ha sido pensar con cabeza propia y crear en consecuencia, en un país cuyas instituciones y leyes responden prioritariamente a los intereses del Partido Comunista y sus dirigentes.

Bogotá, Colombia. 30 de abril de 2018

Firmas:

Ángel Santiesteban-Prats
Armando de Armas
Armando Añel
Faisel Iglesias
Luis Pérez de Castro
Rafael Vilches Proenza
Rebeca Ulloa
Odette Alonso
Amir Valle
Maria Santiesteban

El escritor y disidente Ángel Santiesteban logra viajar a Bogotá.

Armando Añel, Ángel Santiesteban, Idabell Rosales y Armando de Armas en Bogotá, 29 de abril de 2018.

«Ha sido una victoria de la oposición, de las personas que quieren el respeto a los derechos humanos. No creo que sea un paso de ellos que se pueda ver como un cambio. Es una estrategia. No es que estén cediendo en buena voluntad. No creo en eso. Son muy malvados»

Este domingo, en horas de la tarde, el escritor y disidente cubano Ángel Santiesteban, logró tomar un vuelo de la aerolínea Avianca con destino a Bogotápara participar en un evento literario en la Universidad Sergio Arboleda, en la capital colombiana.

El pasado viernes, a pesar de tener todos sus documentos en regla, las autoridades cubanas impidieron que Santiesteban viajara a Colombia, argumentando que el escritor estaba «regulado» y no podía salir del país.

El también activista de derechos humanos, que cumplió una injusta condena de cinco años producto de su activismo en contra del régimen de La Habana, fue entonces apresado en el aeropuerto internacional José Martí, en La Habana, y hasta ayer sábado estuvo detenido en dos unidades de la policía.

Santiesteban, autor de Dichosos los que lloran y otros títulos críticos con la realidad de su país, es uno de los principales invitados a la primera edición en Colombia del Festival del Arte y la Literatura Independiente VISTA, organizado por escritores y artistas exiliados en Miami, donde presentará uno de sus más recientes libros, El regreso de Mambrú (relatos).

Angel Santiesteban Prats en la prisión de Jaimanitas, La Habana. Foto cortesía de su hermana María S. P.

Declaración de Bogotá

La arbitraria detención del Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero 2016, generó un movimiento de solidaridad a favor de su libertad.

Tanto los escritores invitados al Festival como sus organizadores anunciaron el lanzamiento este lunes de la “Declaración de Bogotá”, que condena el secuestro de escritores y artistas cubanos e inicia una campaña internacional en su apoyo, y ejercieron presión para que Santiesteban fuera liberado y pudiera participar en el evento, al que sólo podría llegar a tiempo saliendo de La Habana este domingo.

Ailer Gonzalez Mena

el domingo

Gracias a la presión y solidaridad con escritor Ángel Santiesteban arrestado hace unos días y liberado horas después, hoy viaja fuera de #Cuba después de 10 años sin poder salir de nuestro país. Ya en avión, rumbo a #Colombia.
Gracias a los amigos, viva Cuba Libre!!

Liberado el escritor cubano Ángel Santiesteban.

El escritor cubano Angel Santiesteban entra al Tribunal Provincial en La Habana Vieja. Foto Angel Moya.

Este sábado ha sido liberado el escritor cubano Ángel Santiesteban, quien en la tarde de ayer fuera detenido por la policía política, en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana.

Luego de que el pasado 28 de febrero Santiesteban cumpliera una injusta condena de 5 años, el narrador solicitó su pasaporte, el cual las autoridades le entregaron. Obtuvo su visado, pero cuando este viernes intentó abordar su vuelo rumbo a Bogotá, fue apresado bajo el argumento de que estaba «regulado» y no podía salir del país.

La intención de su viaje era participar en el primer Festival del Arte y la Literatura Independiente VISTA, que se celebrará este lunes 30 de abril en el Auditorio Principal de la Universidad Sergio Arboleda, en la capital colombiana.

Un día antes de su vuelo a Bogotá, un capitán llamó al celular del escritor para comunicarle que estaba involucrado en el supuesto robo de un teléfono móvil, y que debía presentarse en la Unidad de la Policía. Santiesteban le respondió que jamás había tenido que ver con ningún robo.

«Ayer (viernes) en la mañana me volvió a timbrar dos veces, él no te timbra, parece que no tienen dinero y lo que hacen es que dan un timbracito y cuelgan (…) Yo no lo llamé», relató Santiesteban, quien entendió que se trataba de un pretexto para impedirle salir del país, no se presentó en la Unidad y fue directamente al aeropuerto, donde fue apresado.

Los escritores cubanos Rafael Vilches y Luis Pérez de Castro, invitados al mismo evento, sí lograron viajar. Antes de ser conducido por los oficiales, Santiesteban les dijo: «Fuerza, adelante, que es importante que ustedes lleguen allí y denuncien lo que está pasando».

Según contó a Martí Noticias el autor de El regreso de Mambrú y Los hijos que nadie quiso, en pocas horas el motivo de su arresto sufrió varios cambios: luego del robo del móvil, le informaron que «estaba siendo procesado por un caso de drogas», luego las autoridades retomaron una antigua acusación por «estafa con una moto», supuestamente ocurrida en el tiempo en que Santiesteban estuvo preso, y «finalmente vuelve el móvil», señaló.

«Sé que vas a usar esto para las denuncias que pronto se van a hacer de los derechos humanaos», le increpó un agente de la Seguridad del Estado antes de ser puesto en libertad, «pero esto es un error del sistema, desde que saliste preso había que adjuntar un papel aquí, y no se hizo. Firme aquí», le ordenó el oficial.

«Yo firmé, como supuestamente mi libertad, él juntó el papel en un dosier y me dijo ‘usted está libre’. Pregunté si ya podía viajar a Bogotá y me contestó que a partir del lunes, porque ‘hoy los compañeros no están aquí para quitarte eso del sistema’. Y cuando él me dice que es un error del sistema, yo le dije que el único error que podía haber aquí es pensar que es un error del sistema», relató Santiesteban.

En su página de Facebook el autor de Sueño de un día de verano y Dichosos los que lloran, publicó un mensaje de agradecimiento a quienes se mantuvieron pendientes de su detención.

Los organizadores del Festival VISTA, confirmaron a Martí Noticias que están tramitando un nuevo boleto para que Santiesteban pueda viajar el lunes en Bogotá y participar en el evento.

«Depende otra vez de que las autoridades del régimen lo dejen o no viajar, que inventen un nuevo pretexto para retenerlo y que no le dé tiempo a llegar al Festival, o que finalmente se den cuenta de que es un ciudadano íntegro, que no ha cometido ningún delito, que no pueden hacerlo ver como un delincuente, que simplememente se trata de un intelectual invitado a una universidad a presentar sus libros, una simple cuestión de libertad y sinceridad», manifestó Idabell Rosales a Martí Noticias.

La ausencia del destacado narrador Ángel Santiesteban, Premio Nacional de Literatura Independiente Gastón Baquero 2016, invitado a la edición de VISTA en Colombia, pero detenido por la policía política, ha generado un movimiento de solidaridad de los escritores y coordinadores participantes, cuyo primer resultado es la Declaración de Bogotá”, declaró el viernes desde Bogotá el escritor y editor Armando Añel, uno de los organizadores del Festival.

La primera edición de VISTAen Colombia tendrá lugar este lunes 30 de abril, entre las 2 y las 6 de la tarde, en el Auditorio Principal de la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá.

 

https://www.martinoticias.com/a/liberan-al-escritor-%C3%A1ngel-santiesteban-tras-supuesto-error-del-sistema/174027.html

Compraron pescado y le cogieron miedo a los ojos.

https://www.cubanet.org/opiniones/compraron-pescado-le-cogieron-miedo-los-ojos/

 

“Espacio laical” tiene deudas con la policía política, esa que decide lo que puede o no ser publicado, y de ello depende que vaya o no a la imprenta.

 

De izquierda a derecha, Teresa Díaz Canals (moderadora), Ovidio D’Angelo, Dmitri Prieto y Manuel Calviño (espaciolaical.com)

 

LA HABANA, Cuba.- La revista Espacio Laical reproduce las intervenciones de los participantes en el debate público “En Diálogo”, que tuvo como título: “Venturas y desventuras del cubano de hoy. ¿Somos felices aquí?” En esa recopilación que acaba de salir de imprenta, con cierto retardo, aparece la intervención que hice aquella tarde, en ese espacio al que convocó la publicación, y donde intenté explicarme a través de las realidades que he vivido en la historia cubana más reciente, y donde tuvieron un especial protagonismo las injusticias y manipulaciones a las que me sometió el gobierno cubano. Aquella tarde conté de mi prisión, y de cómo en ella, a pesar de las injusticias, fui un hombre feliz, comprometido con mí país.

Al leer la revista me resultó curioso el hecho de que la publicación, después de reproducir mi intervención, colocara una nota en la que deja claro su inconformidad con el hecho de que utilizara yo ese espacio como tribuna personal para expresar asuntos que no se correspondían con el tema que ellos habían elegido: ¿Somos felices aquí?

Ellos convocaron a dar respuesta a esa interrogante, y yo respondí. Ellos querían saber si los concurrentes éramos o no felices, y yo me expresé, correspondí al requerimiento, pero a ellos no les gustó la respuesta, lo que me hizo pensar que más que debate,  soñaron con una relatoría de momentos felices aquí; sin dudas debieron eliminar los signos de interrogación, o advertir que solo coincidirían con las intervenciones que respondieran afirmativamente a la interrogante.

Fue esa interrogante la que me hizo moverme hasta aquel sitio de encuentro, donde supuse una enorme diversidad de criterios; voces pletóricas de felicidad y otras disidentes, que negarían una vida placentera. Creí que me encontraría con la loa y la denuncia, me equivoqué. Allí solo hubo espacio para el elogio.

No son muchas las veces en las que somos convocados a responder esa pregunta en Cuba, y el deseo de responder me movilizó para, junto a otros cubanos, reflexionar sobre la posibilidad de conseguir la felicidad aquí. Resultaba tentador el asunto, por atrevido, y luego descubrí que mi intervención fue acotada, que la revista se lavaba las manos, y cómo aquella interrogación tentadora era despojada de los signos de interrogación para convertirse en afirmación.

Aquello jamás estuvo diseñado para decir o escuchar la verdad, para reflexionar juntos. Los editores me dejaban totalmente aislado, asegurando, lo que era obvio, que yo hablaba por mí. Al parecer ellos creyeron que hablaría por la revista y por sus conveniencias, que no sería el relator de tantas injusticias que ocurren en este país.

Asistí antes a alguno de esos “debates públicos”, siempre invitado por alguno de los organizadores. Una de esas veces se habló de economía, y como no soy un especialista en eso, ni en nada, me mantuve callado; pero esta vez podía hablar, porque aun reconozco lo que puede ser un estado de felicidad, aunque tantas veces se empeñaran en hacerme sentir lo contrario.

Y tomé el micrófono, hice saber mis consideraciones. Ahora, después de la nota aclaratoria del Consejo Editorial, me pregunto, ¿creía la revista que no era mi derecho reconocer mi infelicidad aquí? Gustavo Andújar, el presentador, aseguró que el espacio “En diálogo” estaba dedicado a temas polémicos y de actualidad, nos invitó a debatir, a hablar desde nuestras perspectivas.

Los ponentes, psicólogos y sociólogos, demostraron su capacidad para “jugar béisbol” con pelota de goma, y supieron transitar por el tema sin salpicarse mucho con la realidad cubana, citando las vidas de Jesús Cristo, José Martí, los evangelio, San Lucas…, que aunque no nos resultan ajenos no vivieron jamás en “este” contexto cubano.

El profesor Manuel Calviño se decidió por las parábolas y explicó supuestas reuniones de dioses del olimpo, citó a Silvio Rodríguez, explicó sus viajes, experiencias que nunca lo pusieron entre rejas, y la editorial no se vio obligada a sacar “tarjeta roja. Su discurso decía, sin decir, pero sobre todo sin molestar.

La revista debía reconocer que todo el discurrir de los cubanos es político, y que solo se acepta si ese camino coincide con el que se impuso desde hace casi sesenta años. Y no pensemos solamente en el disentimiento político. Cuba, la del “comunismo” no permite que hagamos notar lo que pensamos de nuestro entorno, y si hablamos del pasado será para denigrarlo, y si nos decidimos por el futuro es para pensarnos en el más delicioso de los comunismos. Cualquier discurso que se salga de lo que está previsto, tendrá, en el mejor de los casos, una nota al pie que advierta que la publicación no coincide con los criterios del discursante.

“Espacio laical” tiene deudas con la policía política, esa que decide lo que puede o no ser publicado, y de ello depende que vaya o no a la imprenta, que circule o no ese número de la publicación. Es cierto que el “Granma” no publicaría mi intervención, y también que “Espacio laical” juega a no ser el “Granma”, pero publica para advertir que no coincide, que es una manera de estar junto al “Granma”. ¿Y con quién coincide? ¿Con el lobo o con un pelo del lobo? Comulga con los que no disienten, con quienes no ponen en riesgo su publicación.

¿Cuál es la felicidad en este país? ¿Es coincidir con los Castro? ¿Es comulgar con el desastre que son los hospitales y la industria nacional? ¿La felicidad es aplaudir la subordinación del sistema educativo a la política? La felicidad para ellos es coincidente con la que esgrime el gobierno. Por eso respondí hablando de mí, porque a eso nos convocaron. Respondí sin miedo al totalitarismo del gobierno.

Yo, un opositor a la dictadura de los Castro, me sentí convocado porque soy cubano, porque aquí he buscado la felicidad, a riesgo de perder la libertad. Eso no sucedió con los panelistas, expertos asistiendo a “debates” en los que salen ilesos, sin acotaciones ni notas editoriales. El periodista independiente Boris González Arena, me aseguró que aún con esa nota, el espacio era valiente, pues el comentario no tenía otra finalidad que “salvar la revista”, “aparentar inconformidad para continuar jugando con la reglas del régimen totalitario”. Yo vuelvo a disentir, y no veo estrategias en ese miedo diseminado por todas las instituciones cubanas, incluso en esa iglesia católica, que paga la revista.

ACERCA DEL AUTOR

Ángel Santiesteban

Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.

La iglesia, traicionada y salvada por sí misma.

Serán más, muchos más, los religiosos, los cubanos todos, que harán exigencias al régimen

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https://www.cubanet.org/opiniones/la-iglesia-traicionada-y-salvada-por-si-misma/

Jaime Ortega (der), junto al arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, durante una audiencia del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el 3 de junio del 2015 (foto tomada del Nuevo Herald)

LA HABANA, Cuba.- Jaime Ortega, quien fuera arzobispo de La Habana, fue por algún tiempo el referente más poderoso e influyente de la iglesia católica cubana, aun cuando estaba a la sombra de los hermanos Castro. Ese religioso que estuvo encerrado durante algunos años de su juventud en esos campos de concentración que conocimos con el eufemismo de Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), se convertiría luego en artífice de las negociaciones para conseguir el buen restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

Según dijera el propio cardenal en algunas entrevistas, él fue un puente, un mensajero, un “lleva y trae” diría yo, al servicio de la dictadura. Detrás de esos pactos también estuvo el papa Francisco, lo que prueba que Jaime Ortega sabía hacer muy bien el lobby político, teniendo incluso al Vaticano de su lado, para servir a la dictadura de los Castro.

El cardenal Jaime Ortega tenía un verdadero interés en cumplir las órdenes de sus antiguos represores, y fue ahí cuando se le probó que estaba contagiado con el “síndrome de Estocolmo”; aunque un viejo oficial del régimen, que en la actualidad es un opositor, asegura que el gobierno chantajeaba a Ortega, que usaba algunas de sus estrategias preferidas, le recordaba elementos de su vida sexual, lo amenazaba.

Lo que sí es cierto es que Jaime Ortega había olvidado sus responsabilidades al frente de la iglesia; y sobre todo su compromiso con el pueblo de Cuba, ese al que debía defender, cuidar. Jaime tenía que luchar para terminar esa agonía del pueblo que ya dura sesenta años. En lugar de hacer lo que debía se empeñó en apagar cualquier disonancia entre la iglesia y el estado comunista, prefiriendo al segundo. Recordemos su actitud con la fabulosa revista “Vitral” de Pinar del Río, voz de los desposeídos.

Su actitud siempre fue la de un gendarme del régimen. Le mintió al preso político Ernesto Borges, a quien hasta fue a visitar a la prisión allá en el Combinado del Este, después que este hiciera una huelga de hambre, y a quien prometió interceder ante el gobierno de los Castro, lo que nunca hizo, para asegurar más tarde, ante televisoras extranjeras, que “en Cuba no había presos políticos”. Jaime traicionó a las valientes Damas de Blanco; primero las recibió en su oficina aparentando comprenderlas, pero jamás intercedió a favor de ellas, y calló cuando supo de los maltratos y vejaciones que les dedicaba el gobierno.

Este religioso, mientras estuvo en la vida pública, hizo que los cubanos de fe sintiéramos vergüenza, pero poco duró su papel de embajador del régimen. Los demócratas no obtuvieron el poder en los Estados Unidos, y sus planes se frustraron. Hoy no tiene ninguna credibilidad para los fieles cubanos ni tampoco su rebaño le cree. Y menos ahora, cuando tres padres de la iglesia alzaron sus voces en una carta que enviaron al dictador Raúl Castro, en la que le sugieren que abandone el poder, y permita de una vez que el pueblo de Cuba tenga esperanzas, y la oportunidad de prosperar.

Estos tres sacerdotes han sacado la cara por esa Iglesia entreguista, esa iglesia arrodillada que el cardenal Jaime Ortega guio por muchos años. Ante la ausencia de credibilidad en la jerarquía católica cubana, estos sacerdotes han devuelto ese horizonte de bondad, y amor cristiano que jamás debimos perder. Hoy la iglesia católica vuelve a encender sus luces, y alumbra, muestra, el camino del que no debieron sacarnos nunca. Hoy son tres los curas católicos que pidieron a Raúl que nos devuelva la democracia, que deje a los cubanos opinar como piensan realmente, y que se abandone la mentira y el ocultamiento. Estos padres le dijeron a Raúl Castro un sinfín de verdades. Esa es la verdad de Cuba, la que exige lo que merecemos; y creo que ese trillo que hoy ellos marcaron es el inicio, y que luego serán más, muchos más, los religiosos, los cubanos todos, que harán exigencias al régimen.

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ACERCA DEL AUTOR

Ángel Santiesteban

Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.