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Ángel Santiesteban: «Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores»

Invitado al Festival Internacional de Literatura de Berlín, el escritor cubano critica ante DW la pasividad de la UE y de la opinión pública internacional ante la trágica situación de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Schriftsteller Angel Santiesteban

Ángel Santiesteban.

 

Considerado uno de los más importantes cuentistas latinoamericanos de la actualidad, el escritor cubano Ángel Santiesteban fue condenado a cinco años de prisión por abrir en 2008 el blog «Los hijos que nadie quiso” para dar su opinión sobre el desastre político y social impuesto por el castrismo en Cuba.

Su vida a partir de ese momento ha sido una lucha contra la censura gubernamental y por la democracia en la isla. En 2014 Reporteros Sin Fronteras lo eligió entre los 100 Héroes de la Información en el mundo. El gobierno le impidió viajar fuera de la isla durante 10 años, pero al fin se encuentra de visita en Berlín, para presentar la edición alemana de su libro de cuentos Lobos en la noche, publicado por la prestigiosa editorial Fischer.

Con él, en su carácter de intelectual y de disidente, conversó Deutsche Welle sobre asuntos de relevancia que marcan su vida y la de los cubanos.

Deutsche Welle: «Europa ha legitimado la dictadura cubana” es una frase recurrente en sus entrevistas.

El escritor cubano Ángel Santiesteban, creador del blog Los hijos que nadie quiso.El escritor cubano Ángel Santiesteban, creador del blog «Los hijos que nadie quiso».

Ángel Santiesteban: Conversar con un régimen que ha demostrado por décadas que no cree en diálogos lo legitima. Eso es innegable. Desde siempre han existido empresarios coqueteando con el castrismo, pero es comprensible, pues sólo les importa sacar ganancias con su presencia en Cuba. Pero que lo haga un organismo asentado en una región que lucha por establecer eso que llaman Estado de Bienestar y de Derechos es una contradicción enorme y, en muchos sentidos, una desvergüenza. Desde que la Unión Europea decidió sentarse a conversar con Cuba, lo único que hemos visto es que ha tenido que ceder una y otra vez ante las exigencias de La Habana, y que la dictadura ha reprimido con más fuerza a la oposición, pues ha visto que nadie le cuestionará sus violaciones. Lo mismo está sucediendo con Venezuela, con Nicaragua… Europa nos ha dejado solos frente a los dictadores. Y eso la hace culpable de nuestro sufrimiento y de nuestros muertos.

Como opositor, desde su blog, fue uno de los más preocupados por denunciar la responsabilidad del gobierno cubano en esos desastres sociales que vemos en Venezuela y Nicaragua…

Creo que eso que llaman «mundo libre” debería acabar de condenar abiertamente, y no sólo con tímidas sentencias, el apoyo moral y la asesoría en muchos ámbitos que el castrismo da a Maduro en Venezuela y a Ortega en Nicaragua. El castrismo ha sido siempre un gobierno parásito: primero, los rusos y el campo socialista; luego Venezuela. Es un parasitismo disfrazado como «lucha por los derechos de los pobres de América Latina”, y ya sabemos cuántos muertos provocó el fomento que Fidel Castro hizo de las guerrillas en la región, sin contar que esos guerrilleros terminaron siendo terroristas y narcotraficantes sin que la dictadura cubana les retirara su apoyo. Luego, Fidel Castro y Chávez inventaron la mal llamada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), supuestamente para derrotar al neoliberalismo e imponer el socialismo del siglo XXI: otro fracaso del que se favoreció sólo el castrismo. Y ahora, fracasado su plan de extender el socialismo por América Latina, se comportan como lo que son: dictadores, porque saben que el «mundo libre” sólo los criticará con palabritas políticamente correctas.

Como protagonista de la cultura cubana, se has manifestado contra la más reciente Ley Cultural, la 349. ¿Es realmente peligrosa?

Desde que llegó al poder, en 1959, Fidel Castro supo que tenía que mantener la libertad de creación y expresión bajo control. Pero a excepción de la llamada Ley 88 dirigida al periodismo, que los opositores llamamos Ley Mordaza, toda la censura artística se basó en la aplicación que los comisarios culturales hacían de aquellas famosas palabras de Fidel: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”. Pero ahora la censura es Ley: entre otras muchas trabas, se limita la libertad de expresión de los creadores, pues se criminaliza y penaliza a quien intente dar a conocer su obra en sitios públicos sin la aprobación de las instituciones gubernamentales. Pero los intelectuales están amordazados por el miedo y muy pocos han alzado sus voces en contra. Sólo el movimiento cultural independiente y opositor está protestando contra esta legalización de la censura.

Muchas personas no entienden que gran parte de la oposición cubana apoye al presidente norteamericano más controvertido de los últimos 100 años: Donald Trump.

Aunque en lo económico hubo algunas tímidas aperturas, cada vez más, en materia de conquista de derechos humanos, queda demostrado cuánto fracasó la política de Obama de abrir una supuesta «nueva era” entre Cuba y Estados Unidos. Puede hoy cuestionarse alguna que otra medida de Trump, pero el pragmatismo de Trump le hace entender que no se puede conversar con quien no quiere escuchar. Esas personas que critican que apoyemos a Trump deberían ir a Cuba y sufrir con nosotros toda la represión que nos cayó encima desde que Raúl Castro vio que su eterno enemigo, Estados Unidos, dispuesto a sentarse en la mesa de negociaciones, ponía la defensa de los derechos humanos en el último lugar de las exigencias a la dictadura cubana. Trump, dígase lo que se diga, en el caso cubano ha vuelto a poner en primer lugar el respeto que el castrismo debería conceder a los derechos humanos.

Autor: Amir Valle (CP)

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Por una Cuba futura, y una actual oposición trasparente.

Por: Ángel Santiesteban-Prats

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He demorado mi respuesta porque he esperado, he apurado mi regreso a Cuba, para emitir mis puntos de vista, porque hacerlo desde lugares donde no corro ningún riesgo me hace sentir cobarde, y esto es solo una impresión personal. Desde un principio es bueno aclarar que a Antonio Rodiles no le hace falta que lo defiendan. Ha demostrado tener la suficiente entereza para enfrentar sólo sus contiendas. Tampoco es de los líderes que se ocultan mientras sacrifican, como reses, a una caterva de fulleros que lanzan al ruedo público, y que asemejan a las hordas de gladiadores que se degüellan entre sí, o peor, a esa chusma que criticamos en los Encuentro de las Américas en Ciudad de Panamá y ahora en Lima, en busca de histrionismos, quince minutos de fama o alguna prebenda para su peculio personal.

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Desde que conocí a Antonio Rodiles, siempre ha sido el primero en ir delante y recibir los zarpazos de la dictadura. No se esconde para que otros hablen por él. No vive del pasado de su familia, del sacrificio que ellos hicieron y que sin arriesgar nada, pudo disfrutar de beneficios; él se los gana aun, enfrentando a esa propia familia que es parte del régimen; expone su cuerpo todos los días, no algún día de pasada y pernoctar en La Habana. Ha estado siempre al lado de los que la policía política sacrifican y encarcelan, así como de su familiares, aunque luego le muerdan la mano.

Vale recordar que cuando el expresidente Barak Obama –el hombre más poderoso del mundo en su momento– quiso dictar su política grasienta contra el régimen de los Castro, el Foro por los Derechos y Libertades, liderados por Berta Soler y Antonio Rodiles, en pleno rostro en la reunión de La Habana –que los recibió por la cocina para no marcarse con la dictadura– le dijeron que no, que era una política errónea y un espaldarazo al régimen; pero a Obama no le importaba la disidencia cubana, no le interesaba ver los brazos de Antonio inflamados y heridos por los abusos de la policía política, no le concernía que las Damas de Blanco fueran abusadas, y son aún hoy, cada domingo. Si ellos le dijeron eso a Obama, cómo no se lo van a decir a Rosa María o a quien fuere necesario, en pos de la transparencia política.

Por momentos me pregunto si Antonio es un político. Es tan honesto que a veces parece que algo falla, máxime cuando vivimos en un mundo de embustes. Coincidimos en espacios públicos donde todos tenemos la misma voz y ayudan a confundir y tergiversar. Antonio jamás habla por la espalda. Dice las cosas de frente y a eso es a lo que muchos le temen. A Rosa María Payá le ha dicho en persona que no diga que vive en Cuba, porque no es cierto. Pasar por Cuba y tener libreta de abastecimiento, no quiere decir que vive en Cuba. Le ha dicho también sus desacuerdos con su proyecto donde la dictadura es un actor importante.

Antonio Rodiles se ha ganado el derecho de exigir no ser inmiscuido en un proyecto que no comparte. Eso no es un delito, se llama honestidad.

Antonio Rodiles tiene el derecho de llamar la atención sobre el espaldarazo político y financiero a un proyecto que todos sabemos que es irrealizable dentro, y mientras exista la dictadura, eso se llama confrontación. Antonio Rodiles le asiste el derecho de pedir un debate público con Rosa María o cualquiera que lo desee, pues eso se llama democracia.

Que Antonio Rodiles pida transparencia no significa un traspié a otro proyecto o persona, se llama caminos políticos que difieren, por ende, lo aconsejable es explicar, discutir públicamente esos proyectos, y tenemos el gran ejemplo de las contiendas por la presidencia de los Estados Unidos. Es el derecho de Antonio Rodiles a pedir un debate público, como también es el derecho a los demás de negarlo. Pero como todos sabemos, quien calla otorga.

No es cierto  que Antonio Rodiles jamás ha ofendido a Rosa María. Sus palabras públicas o escritas salen con fuerza, no con saña, son dichas con verticalidad, no con odio. Defienden su proyecto, no coartan los demás. El día que Antonio decidió abandonar a su familia y la tierra de libertad que lo acogía, para ir a luchar por la democracia en Cuba, botó la llave del regreso. No finge que vive en Cuba, vive y sangra en Cuba. No intenta manipular que se sacrifica, sino que expone su vida y recibe el encono del régimen. No inventa que lo apoyan tantos grupos opositores ni personas si no es cierto, porque bastaría con las Damas de Blanco y otros grupos dispersos por el país para formar una plataforma política sostenible. Antonio jamás ha saltado por intereses mezquinos. Nunca acepta lo que no cree bueno para Cuba ni cambia de tren cuando lo sabe cerca de apoyos políticos y económicos si no son viables, objetivos y coherentes. Lo más injusto es que pronto Antonio Rodiles regresará a Cuba, y todos aquellos que lo critican y que emiten falsan acusaciones, quedarán resguardados en suelos de libertad y sentados cómodamente en sus poltronas, viéndolo partir, mientras lleva sobre sus espaldas los arañazos y codazos de aquellos que jamás arriesgan. Que el gran sacrificio de esos está en dejar caer sus dedos sobre unas teclas plásticas para restar credibilidad y exponerlo a los castigos del totalitarismo. Esos no recibirán siquiera una amenaza de la dictadura porque jamás se le podrán al alcance.

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Antonio no vive de su apellido. Antonio no vive de sus muertos. Antonio no vive de Cuba, sino de los sueños por una Cuba libre.

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Ángel Santiesteban

(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.

¿Cómo logró llegar a Bogotá el cubano Ángel Santiesteban-Prats?

El autor de ‘Lobos en la noche’ cuenta cómo es la vida de escritor y bloguero en su Cuba natal.

Ángel Santiesteban-Prats, escritor cubano

Por: María Isabel Rueda
07 de mayo 2018 , 03:35 a.m.

Fue invitado esta semana a un foro en Bogotá por la Universidad Sergio Arboleda y la Fundación Vista-Larga, con sede en Miami, que promueve a los escritores en el exilio. Entiendo que el régimen cubano casi no lo deja venir… 

Pues, la verdad, casi no me dejan salir de Cuba. Llegué al aeropuerto a montarme en un vuelo de Avianca el viernes, y me tuvieron preso hasta el sábado. El domingo, luego de muchas presiones internacionales, me dejaron viajar a Bogotá.

¿Por qué lo detuvieron?

Bueno, estuve preso dos años y medio, de una condena de cinco años, a partir de un blog que abrí y que se llama ‘Los hijos que nadie quiso’. En ese momento empezó mi persecución.

¿Qué tratamiento recibió en prisión? 

Me trataron como un preso político, con respeto. Realmente, las autoridades de prisiones no eran las que me gobernaban, ellas solo me cuidaban. El que regía sobre mí era el Departamento 21 de la Seguridad del Estado (la policía política).

Me tuvieron dos años y medio preso, salí en julio del 2015 gracias a una intervención de eurodiputados y con ayuda del ministro de Relaciones Exteriores alemán que hoy es el presidente, quien fue a Cuba y entregó una carta e inmediatamente me liberaron.

¿Por qué abrió el blog si se volvió objeto de tanta persecución?

Fue una cosa consciente. Sucede cuando comienzas a sentir asco de ti, sí, por tu silencio, por tu doblegamiento ante la dictadura y ante las cosas que suceden, y cuando tú sientes ese asco, entonces acudes a hacer tu manifestación contra el sistema, contra el régimen.

¿Qué lo hizo pensar que lo iban a dejar salir para viajar a Bogotá?

Cuando el 28 de febrero cumplí los cinco años de la condena, fui a sacar el pasaporte y me lo dieron. El pasaporte ya quería decir que yo no estaba ‘regulado’, que es la palabra que ellos usan. Pero una vez que me presento ahí en el aeropuerto, me llevan a una oficina y me informan que como estoy ‘regulado’, no solo no puedo viajar, sino que me van a detener.

¿Y bajo qué cargo?

Desde el día antes me estaba llamando un policía diciéndome que estaba vinculado a ‘una estafa de un móvil’, porque te buscan las cosas más feas que te puedas imaginar. Entonces, bueno, me llevan al cuartico, de emigración me traslada la policía de gobierno a una estación cercana al aeropuerto y ahí me dejan hasta el otro día, detenido en el calabozo. Me liberaron el sábado a partir de la fuerza que se empieza a hacer desde afuera.

¿Quiénes desde afuera?

La Fundación Vista-Larga. Mientras estaba detenido me llamaron por teléfono y me dijeron: ‘Angel, no estamos hablando contigo sino con la policía secreta que nos está escuchando.

Vamos a redactar la Declaración de Bogotá y diremos que no te dejaron salir de la isla’. Creo que entendieron. Pero antes de eso llegó un oficial y me dijo que estaba acusado de tráfico de drogas.

Después, que era por una estafa con una moto, y finalmente volvieron a la historia del móvil. El domingo por la mañana me llama una funcionaria de emigración para decirme que ya no estoy ‘regulado’. Entonces corrí para el aeropuerto y me fui en el próximo avión.

¿Ser escritor en Cuba, y más si se escribe desde la oposición, es muy difícil? 

A la literatura uno no la escoge, ella lo escoge a uno. Si yo la hubiese escogido, quizá nunca me hubiese metido con el sistema, habría sido un cínico y estaría escribiendo para navegar, para flotar dentro de la dictadura y que no se metieran conmigo.

Hasta una época podías criticar el sistema sin mencionar a los Castro; podías hacer una literatura crítica, ellos te ponían en una lista que si no era negra, era gris, ya con pespuntes negros, pero bueno, no era negra, como en la que yo estoy ahora. Se puede jugar con la cadena, pero no sacar a bailar al gorila. A partir de que yo abrí el blog en el 2008 ya me metí con el gorila, que comenzó a dar sus zarpazos.

¿Está arrepentido de haberse puesto a jugar con el gorila?

Para nada. Todo lo que me ha pasado a mí y a otros son condecoraciones. Si no me sigue pasando, tengo que cuestionarme qué estoy haciendo mal.

¿Cómo fue la historia del blog? 

Fui a República Dominicana en el 2008. Siempre tenía el sueño de que me dieran un pedacito de la última página, en la parte de abajo, en un periódico para yo decir lo que pensaba.

En esa visita a Dominicana me enseñaron a hacer un blog y aquello me pareció como cosa de Dios. Ahí podía escribir lo que me daba la gana sin la censura de nadie.

¿Cómo hace para acceder a su blog? 

Hay dos maneras de limitar internet en Cuba. Una es la banda, que es muy angostica, y la otra es solo darles a los que son cercanos buen internet. A los escritores amigos del régimen les dan 50 horas de internet. Tengo un amigo que me deja oculto.

Mi blog está censurado, no se puede abrir en Cuba. A escondidas me regala una de las 50 horas que le dan y vía internet les envío a parientes o amigos los textos para que los pongan en el blog. Desde que lo comencé, hace 10 años, nunca he abierto mi blog en Cuba.

¿Cómo se busca el blog? 

Loshijosquenadiequiso.wordpress.com.

¿Cómo publica sus libros?

Como es literatura crítica, para publicar los tres libros que publiqué en Cuba tenía que ser contra premio. A los concursos enviaba el material inédito y el premio ya respaldaba la publicación. En 1992 me gané el premio Casa de las Américas; tenía 26 años y cuando llegué a la premiación a las 8 de la noche, me lo habían retirado. Ellos me dijeron que su cobardía se escudó bajo la amenaza de que si me premiaban me harían daño, y no querían.

Tres años después me gané un premio de la Uneac (Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba) con ‘Sueño de un día de verano’ y me tocó negociarlo con Abel Prieto, que era el presidente. Hoy es el ministro de Cultura. En estos momentos soy ‘bestseller’ en Alemania con mi libro ‘Lobos en la noche’. Pero en Cuba no puedo publicar. En Miami también me ha publicado la Fundación Vista Larga con su proyecto Puente a la Vista.

¿Qué está y que no está permitido escribir en Cuba?

Bueno, está permitido escribir mucha ciencia ficción, pero a mí no me sale. Desde que comencé a escribir soy un escritor maldito, porque como te decía, no sé escoger otra literatura, solo la que me sale, y la que me sale es problemática.

O sea, ¿lleva su trabajo a una editorial de la isla, y allá le dicen no?

Te dicen no. Si es un cuento de prostitución y pones a un policía corrupto, ¡oh, espérate!, te estás metiendo con el Ministerio del Interior; si el padre de la muchacha es un funcionario del gobierno, ¡oh, te estás metiendo con el Ministerio de Relaciones Exteriores!

¿Pero el libro de la Uneac sí se lo publicaron?

Termino la historia. Abel Prieto me dice que para publicar el libro le tengo que quitar cinco cuentos porque si no, la Asociación de Combatientes de Cuba nos va a fusilar si sale este libro, palabras textuales. Entonces me ofrece un apartamento gratis, a mi nombre, como premio, a cambio de que yo acepte sacar esos relatos.

O sea, a manera de premio le ofrece un apartamento a cambio de que saque cinco capítulos…

Cinco relatos. Y yo al principio le digo, no, olvídate. Le digo que no soy un escritor de escándalo, que quiero que me conozcan por mi obra. Y es cuando él me dice, ‘¿Tú tienes auto?’ Le dije, sí. Me dice, ‘¿y casa?’ Yo me quedo así… Mi esposa en ese momento estaba embarazada y estábamos viviendo de agregados en casa de ella.

Dice, yo estoy dispuesto a darte un apartamento si tú sacas estos cinco relatos. Cosa que me habría podido pasar en cualquier editorial del mundo: no interesan unos capítulos. Este hombre me estaba diciendo, te voy a publicar, pero estos cinco relatos no me interesan y, además, te voy a dar un apartamento a cambio de los que no me interesan. Claro, era un premio y en honor a la justicia tenían que publicarlo. Finalmente, el libro salió sin los relatos. Y yo con mi apartamento…

¿Publicó el libro entero por fuera?

Cogí ese libro e hice algo que en Cuba no se puede hacer, me inventé una editorial con el nombre de Emely, le puse hasta código de barras falso y publiqué el libro íntegro, como si fuera publicado en Barcelona, e hice 2.000 copias y las repartí. Así fue como el libro pudo salir.

¿Lo han puesto preso en otras oportunidades?

Sí. A los 17 años, cuando terminé la carrera militar fui a la costa a acompañar a mi familia que se escapaba en una lancha; los apresaron en altamar. Alguien contó que yo estaba en la costa y fui apresado un año y dos meses, a los 17 años. La prisión fue en donde comencé a escribir.

Era la manera de escapar de aquel infierno, de estar uno a solas, sin escuchar a la gente llorando, abusada, violada; escribí una novela sin saber cómo se escribía una novela. Empecé a fijarme en un libro, cómo se hacían los diálogos y cosas así, y salí de allí entonces a buscar mi oficio de escritor.

¿Espera que con el cambio de gobierno pase algo a nivel de la libertad de expresión? ¿O eso será lo mismo?

No, lo mismo y peor, porque ahora los Castro van a trabajar detrás del rostro de otro. Raúl Castro quiere a sus hijos y a sus nietos, Fidel no. Fidel no era muy familiar, era un hombre muy frío. Pero Raúl sí es muy familiar, y pienso que él está cuidando su familia. A él le interesan sus hijos, sus nietos…

No puedo dejar de preguntarle qué opina de la situación en Venezuela. Después de su visita a Colombia, ¿cree que tenemos algún peligro de caer en eso?

Sufrimos muchos y sentimos mucha vergüenza por lo que está pasando en Venezuela, por lo que ha hecho la dictadura, por la manipulación, por el asesoramiento que han recibido de los cubanos. A eso se suma toda la vergüenza que sentimos de todas las décadas de guerra de Colombia por culpa también de Cuba.

No entiendo cómo la Comunidad Europea está haciendo las paces con Cuba, mientras se las retira a Venezuela. Nuestra dictadura es el eje del mal. En cuanto a Colombia, me da terror que después de todas estas guerras y de que ya ustedes pueden empezar una nueva y hermosa vida, venga Petro. Colombia no merece volver atrás.

¿No le han dado ganas de irse de Cuba?

No. Mis amigos, mis compañeros me lo dicen, pero yo siento un compromiso con la libertad de Cuba. A mí la política no me interesa, solo quiero ser un escritor que dice lo que piensa. Y mientras yo no pueda decir lo que pienso en mi país, no me voy a ir.

¿Y la Declaración de Bogotá se hizo o no se hizo? 

Se hizo en la Sergio Arboleda. Le reclama, le exige al régimen que libere a otros escritores y artistas que no dejan salir de Cuba.

MARÍA ISABEL RUEDA