Si nos paramos a observar por un instante a Leopoldo López y a Ángel Santiesteban-Prats, vemos dos tipos físicos muy diferentes. Uno muy delgado, el otro robusto. Uno es político, el otro escritor. Uno es venezolano, otro cubano; ambos son padres de una niña y un niño. Ambos comparten el mismo don: un gran carisma acompañado de una enorme generosidad, y el deseo de cambiar la dura realidad de sus países: Leopoldo, desde su activa participación en la vida política, y Ángel, a través de su opinión ciudadana mediante sus libros y escritos, con el filo de la palabra verdad. Más allá de las similitudes y diferencias, paracen cortados por la misma tijera. Cuesta encontrar hombres con tal temple para atreverse a decirle a ambos dictadores -cubano y venezolano- las cosas por su nombre y directamente, sin eufemismos. Ángel y Leopoldo lo hicieron y lo hacen. Por eso, ambos comparten –también- la terrible situación de ser presos políticos de esos regímenes emparentados por la codicia y la maldad de sus gobernantes. Sigue leyendo
Archivo de la etiqueta: infiltración castrista en Venezuela
Un tuerto que intenta cegar a los demás
Escuchar Telesur, la televisora de los dictadores de Venezuela y Cuba, aliada de los países izquierdistas del mundo, te hace sentir como un demente.
El comentarista explicaba a viva voz que el Sigue leyendo
Carta abierta a Leopoldo López
Hermano de lucha Leopoldo,
te escribo desde otra cárcel, en La Habana, en las garras de los hermanos dictadores Fidel y Raúl Castro.
Ante todo, quiero enviarte el aliento que poseo. En estos momentos lo necesitas más que yo, pues tu país pende de un hilo para convertirse en un Estado totalitario como el nuestro, que llevamos padeciendo por más de medio siglo.
Admiro tu posición vertical en defensa de tus ideales y sueños por un país libre donde gobierne la democracia e imperen la ley y la justicia.
El Ministerio de la Venganza imparte castigos en la Cuba de los Castro
Raúl Castro, ¿ya está Usted satisfecho?
Un año puede ser un suspiro en el tiempo o una pesadilla interminable; depende de cómo pasemos ese año. Estar privado de libertad siempre es un trago amargo, pero cuando además eres inocente, cuando te condenó y encarceló un sistema judicial respondiendo a los lineamientos del poder político de una dictadura como la de la dinastía que usted hoy encarna, es muchísimo peor. Sigue leyendo