Me encontraba, como la mayor parte del tiempo, escribiendo sobre mi cama cuando escuché el llamado: “Político, Político”; y llegaron con prisa hasta mí. Afuera, me dijeron, hay un hombre que se cosió la boca con alambre, venga. Realmente pensar en la escena me causó escozor. No soy médico maxilofacial, ¿para qué entonces mi presencia?, dije intentando evitarlo. Es que él lo está llamando, me dijeron, quiere hablar con usted. Entonces no pude dejar de acudir. Mientras me acercaba escuché su voz desesperada, llamándome entre labios, despegándolos apenas. Sigue leyendo
Diario en la cárcel XX. Con la boca cosida y untado con excrementos, un joven reclama sus derechos
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